sábado, 2 de noviembre de 2013

DEL PODER A LA PLENITUD


Todos aquellos que aún mantienen su conciencia activa, de manera parcial o total, se preguntan que pueden hacer para superar la profunda crisis multidimensional (ecológica, política, económica, cultural, ética y moral) en la que estamos inmersos. Mi conclusión es similar la expuesta por Lewis Mumford en muchos de sus libros. "La movilización de masas lo único que consigue es respaldar al sistema que combaten. Los cambios que han sido efectivos son aquellos emprendidos por pequeños grupos que arañan las máquinas de la estructura del poder interrumpiendo el orden y desafiando las normas. Un ataque de este tipo no espera tomar la ciudadela de la autoridad (como simbólicamente pretendido el movimiento "Toma el Congreso"), sino a alejarse de ella y paralizarla sigilosamente. En cuanto se extienda estas iniciativas el poder y la autoridad volverán a la fuente adecuada: la personalidad humana y la comunidad basada en la cercanía y las relaciones cara a cara". 

En el plano más personal e íntimo, todos tenemos una misión que cumplir: "no soportar más excesos del sistema de poder, sino desprenderse de él y cultivar nuestros recursos subjetivos como nunca se había hecho antes". Sobre nuestros hombros recae la responsabilidad individual de activar nuestra conciencia, de pensar, sentir, reflexionar, dedicar tiempo a la contemplación y al escrutinio de si mismo, y al cultivo de las necesidades superiores del hombre: conocimiento, belleza o amor. Es necesario un giro radical en los valores éticos. Los valores del Mundo Nuevo serán la inquietud intelectual, la ambición espiritual, la lucidez e independencia, la capacidad para la acción, junto a los valores clásicos del ser humano equilibrado (valor, sabiduría, templanza y justicia) que den lugar a personas equilibradas, totales, plenas, creativas y autónomas. 

Todos estos cambios, esta transición hacia el Mundo Nuevo, requiere tiempo y un cambio interno lento y consciente. En esta transformación todos tenemos un papel que desempeñar "a la hora de desenmarañarse del sistema de poder". El primer paso es afirmar la primacía de la persona "en actos silenciosos de deserción física o mental, en gestos de inconformismo, en abstenciones, restricciones e inhibiciones que nos liberen del dominio del pentágono del poder". Un gesto muy sencillo y al alcance de todos es hacer un uso selectivo de los medios del sistema del poder, tal y como hacemos mucho aprovechando esta red social al servicio del sistema para difundir mensajes que erosionen sus mecanismos internos. Tenemos otros herramientas a nuestros alcance para atacar a la megamáquina: la perdida constante del interés por lo que ofrece, la desaceleración del ritmo que nos impone, el frenazo en seco de las rutinas sin sentido y de los actos absurdos. Tal y como proponía Mumford la clave del cambio del sistema del poder al plenitud consiste en sustituir los rituales impuestos por la autodisciplina interna; la despersonalización por la individuación; la automatización por la autonomía.


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