Este es va a ser el
título de un trabajo que voy a emprender. La idea ha surgido de una forma un
tanto curiosa, una combinación de casualidades con protagonistas del presente y
del pasado. Del presente tengo que referirme al filósofo Javier Gomá
Lanzón. Hace escasas semanas, Gomá impartió
una magistral conferencia titulada "El problema de la democracia sin
ideal". Al publicar el enlace al video de la ponencia, le comenté mi
opinión sobre lo que había oído y, entre otros temas que trató, se refirió al concepto
de utopía. Dio la casualidad que acababa de leer el libro "Historia de las
Utopías" (1922) de Lewis Mumford y le contesté a sus razonadas reservas en
cuanto a las utopías. Vine a decirle que es cierto que la mayoría de los
utopías son propuestas cerradas, estáticas e incluso, como el caso de la
República de Platón, contienen elementos de corte fascistas, tal y como
supieron ver autores como Bertrand Russell y R.H. Crossman, pero tienen la
innegable ventaja de considerar a la sociedad como un todo y han considerado la
interacción entre lugar, trabajo y gente. Las utopías han contribuido al
desarrollo de una forma sintética de pensamiento que tiene en cuenta la
estrecha y permanente retroalimentación entre Lugar, Trabajo y Gente, o dicho
en términos ecológicos, entre Medio Ambiente, Función y Organismo. Por este
motivo concluía que el concepto de "eutopía" (buen lugar) es más
integrador que el de "ideal" al contener no sólo a la persona, sino
también al lugar y al trabajo.
Después de redactar mi
respuesta a Javier Gomá, seguí dándole vueltas a la cabeza. Tenía la
sensación de que faltaba algo en mi argumentación. En ese instante sentí el
impulso de revisar el libro de Patrick Geddes “Ciudades en evolución” y
visionar de nuevo alguno de sus curiosos diagramas.. Recordé que había
encontrado uno bastante interesante por internet y me puse a buscarlo. Es el
que reproduzco junto a este comentario. Descubrí gracias a este diagrama que
eutopía describe tan sólo un aspecto de una realidad superior, en la que
también participaban una eupolítica, una eubiótica y una eutécnica. Pensé que
debía haber un término que engloba a estos aspectos de la existencia ideal, de
una “vida buena”. Busqué por internet cual era el término con el que se
denominaba a la vida en época griega: psique. Por tanto, una vida buena sería
una eupsiquía. Volví a mirar el diagrama y me dí cuenta que en el margen
izquierda aparecía una palabra: “Poetry eupsychics”, “poesía eupsiquíca”.
Geddes y yo habíamos llegado al mismo concepto, cada uno por su lado y con
varias decenas de años de diferencia. Acto seguido me puse a buscar en google
alguna referencia a la eupsiquía, y mira por donde he descubierto que este
concepto se le atribuye como creador a Abraham Maslow para referirse a las
sociedades ideales y orientadas a la vida.
Es
muy curioso que personas distintas, por rutas separadas en el tiempo y en el
espacio, lleguen al mismo puerto. Considero que lo interesante de la eupsiquía
es que une el pensamiento y el acción, los ideales con su realización, la
relación continua entre lo interno y lo externo..Marca una meta, un propósito,
un fin que perseguir, una manera de llevar a la práctica el resultado de las
reflexiones teóricas.
Considero
a este diagrama de Patrick un mapa fundamental para la transformación del ser
humano y de la sociedad. Mi propósito es descifrar este mapa y llegar a encontrar
el tesoro intelectual que hace muchas décadas Patrick Geddes escondió y cuyo
mapa, por un misterio inexplicable, ha llegado hasta mis manos. No puedo
defraudarlo.
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