domingo, 16 de junio de 2013

CHARLAS DOMINICALES CON MI HIJO (III)

Papá, ¡Por fin es domingo! ¿Qué haremos hoy?

¿Qué te apetece?

Pues, pues, ¿Vamos al jardín?

Muy bien. Me parece muy buena  idea.

Una vez que llegamos al parque, me preguntó Alejandro:
Papá, uhhm.¿Tú también venías al jardín con el abuelo cuando eras pequeño y jugabas con él?

Claro, todos los padres anhelan hacer todo lo que puedan por sus hijos. Unos trabajan afanosamente y ahorran dinero para dejarles una herencia cuando ya no están; y otros le dan a sus hijos lo que suele decirse “buena educación”, generalmente cuando son casi adultos ya.

Ah, sí. ¿Cómo cuando me dices que no interrumpa la conversación de los mayores?

Exactamente, Alejandro. Eso que dices es síntoma de “buena educación”. Además de intentar inculcar buenos modales a los hijos, los papás también queremos que los paséis bien cuando sois chicos todavía, ayudándoos a que tengáis un mundo afuera para que viváis y trabajéis en él y un mundo adentro para que penséis con altura. Y esto es lo que los abuelos quisieron para mí y ahora mamá y yo queremos para ti y Sofía.  

Papá, ¿Y el parque donde tú jugabas con el abuelo es éste mismo?

Bueno, es el mismo lugar, pero no el mismo jardín.

¿Qué dices, papá? No te entiendo.

Te lo explicaré. Este jardín, mucho más grande y mucho más bonito, por mucho que lo aprecio y gozo en él, nunca puede ser lo mismo para mí; nunca podrá significar ni la mitad de lo que aquel significo para mí. Goza, pues, de este jardín todo lo que puedas; un mundo feliz y completo en todas sus dimensiones; bonito de ver y por lo tanto resplandeciente en el recuerdo, pero todavía más resplandeciente en las esperanzas y los planes que podemos idear junto rodeados de estos árboles y estas flores. Algún día, cuando seas mayor, y tengas tus propios hijos, vendrás también a este jardín y espero que sepas transmitirle las mismas lecciones de vida que estoy intentando transmitirte con estas charlas dominicales. ¿Lo harás?

Por supuesto, papá. ¿Y tú también estarás, verdad?

Eso espero, hijo. Nada me gustaría más que ver como el río  de la vida sigue circulando. Pero bueno, ¡Ya está bien de tanto hablar! ¿A qué te apetece jugar?

¿Qué te parece si jugamos al escondite?

Buena idea. Empiezo a contar. 10, 9, 8, 7, 6……..  


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