Dicen de los
buenos libros que no necesitan que el autor dé explicaciones de los mensajes que
encierran. Este es el dilema al que se enfrentaba, por ejemplo, Gonzalo
Torrente Ballester en la introducción a su obra “Off-Side”: “en el momento en
que escribo esta introducción, aún no he decidido a agregar al texto las líneas
que lo aclararían todo, o a dejar el texto como ésta. Tendré que elegir,
finalmente la fidelidad a los lectores espabilados o la concesión requerida por
los vulgares”. Una idea similar tuvo que ocupar la mente de Tolstoi cuando
terminó de escribir su monumental
“Guerra y Paz”. Al final de este hermoso libro Tolstoi introdujo un capítulo
final en el que desvela algunas claves de las intenciones que perseguía con tan
magistral libro. Entre los mensajes que
ha dejado para el futuro, este apéndice incluye una reflexión que cobra
especial relevancia en los tiempos de crisis que nos ha tocado vivir y sufrir:
la relación entre libertad y necesidad. A este respecto Tolstoi comentaba que
“todo acto humano se nos presenta siempre como una cierta mezcla de libertad y
necesidad. En fin, observamos en cada acto que examinamos una cierta parte de
libertad y otra de necesidad, y en todos los actos cuanta más libertad
advertimos en un acto, menos necesidad descubrimos en él, y viceversa.
La
relación existente entre libertad y necesidad disminuye o aumenta según el punto de vista desde el
cual examinamos el acto, pero aquélla sigue siendo inversamente proporcional”.
Es
cierto que a día de hoy muchas personas carecen de libertad porque sus necesidades
básicas no se encuentran cubiertas. Sin embargo, en nuestra época sucede algo
que hubiese dejado perplejo al propio Tolstoi. Los integrantes de la denominada
clase media tienen resueltas sus necesidades elementales, pero no han obtenido
como correlato un incremento en su libertad. Por un lado, han perdido la
capacidad y los conocimientos para satisfacer estas necesidades de forma
autónoma. Y por otro, viven presos de una amplia gama de necesidades creadas
sin cesar por el mercado para mantener la supervivencia del sistema capitalista.
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