lunes, 10 de junio de 2013

EL DIOS IMPERFECTO

Decir que la educación actual esta plagada de defectos no es ninguna novedad. Hoy he entendido uno de ellos, quizás el fundamental: la escuela quiere que aprendemos ciertos conceptos, valores e ideas, pero no nos enseña a descubrirlo por no...sotros mismos. Después de haber estudiado en un colegio católico no ha sido hasta hoy, y por mi cuenta, cuando he entendido porque Dios se hizo hombre. Mi opinión es que fue así para evitar el error en el que han incurrido otras religiones, como es considerar que los dogmas religiosos son incuestionables. Que Dios tomara forma humana era, valga la redundancia, humanizarlo, es decir, atribuirle defectos propios de la condición del ser humano, como la imperfección, el error y la ambivalencia permanente entre el bien y el mal. Esta idea no era novedosa. El cristianismo la heredó del pensamiento griego y más concretamente de la figura de los semidioses o héroes. Unos personajes que aglutinaban las cualidades de los dioses como las virtudes y defectos de los hombres.

A diferencia del cristianismo, otras religiones no cuentan con figuras que supongan la encarnación de Dios. Parten de la idea de que el mensaje de su religión fue dictado directamente por la divinidad y plasmado por escrito en su correspondiente libro sagrado. Y claro, algo que se considera perfecto nadie se atreve a cambiar. Es difícil para los seguidores de las religiones a las que me refiero que puedan romper los férreos vínculos que les unen con unos textos que fueron redactados para que nunca fueran cuestionados o interpretados, sobre todo en tiempos de incertidumbres, en los cuales todos buscamos una tabla de salvación a la que aferrarnos para no ser engullidos por la enorme ola de la globalización.
 
Foto: Decir que la educación actual esta plagada de defectos no es ninguna novedad. Hoy he entendido uno de ellos, quizás el fundamental: la escuela quiere que aprendemos ciertos conceptos, valores e ideas, pero no nos enseña a descubrirlo por nosotros mismos. Después de haber estudiado en un colegio católico no ha sido hasta hoy,  y por mi cuenta, cuando he entendido porque Dios se hizo hombre. Mi opinión es que fue así para evitar el error en el que han incurrido otras religiones, como es considerar que los dogmas religiosos son incuestionables. Que Dios tomara forma humana era, valga la redundancia, humanizarlo, es decir, atribuirle defectos propios de la condición del ser humano, como la imperfección, el error y la ambivalencia permanente entre el bien y el mal. Esta idea no era novedosa. El cristianismo la heredó del pensamiento griego y más concretamente de la figura de los semidioses o héroes. Unos personajes que aglutinaban las cualidades de los dioses como las virtudes y defectos de los hombres. 
 A diferencia del cristianismo, otras religiones no cuentan con figuras que supongan la encarnación de Dios. Parten de la idea de que el mensaje de su religión fue dictado directamente por la divinidad y plasmado por escrito en su correspondiente libro sagrado. Y claro, algo que se considera perfecto nadie se atreve a cambiar. Es difícil para los seguidores de las religiones a las que me refiero que puedan romper los férreos vínculos que les unen con unos textos que fueron redactados para que nunca fueran cuestionados o interpretados, sobre todo en tiempos de incertidumbres, en los cuales todos buscamos una tabla de salvación a la que aferrarnos para no ser engullidos por la enorme ola de la globalización.

2 comentarios:

  1. Tienes toda la razón, la gran ventaja que tenemos los cristianos es la pluralidad que se deriva de dicha encarnación. Puesto que toda la tradición cristiana es concebida también como encarnación de un Dios que asume el límite de lo humano para revelarse a lo humano limitado. De este modo Dios habla lo mismo pero en muchas lenguas, y nos deja la tarea, nada paternalista, de discernir el factor común.

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    1. Muchas gracias, Juan Pablo. El cristianismo, como heredero de una extensa tradición, supo dotar a su mensaje de un puerta abierta al cuestionamiento.Aunque la iglesia a lo largo de la historia ha pasado por etapas de fanatismo ha contado también como figuras como San Agustín o Santo Tomás de Aquino que intentaron aunar razón y fe. Gracias a este esfuerzo hicieron posible, siglos más tarde, el surgimiento de la ilustración. Un proceso de racionalización en el que la iglesia hizo las funciones de un pesado saco a las espaldas que retraso la carrera por la razón. Era un freno que también servía para recordar a los primeros pensadores mecanicista que debían dejar un hueco para Dios en sus planteamiento filosóficos o científicos. La carga fue aligerándose hasta llegar un momento en el que la ciencia decidió quitarse la mochila y lanzarla lo más lejos posible. De este modo pudo correr más, pero olvido que en la mochila abandonada olvidaron un parte fundamental de su ser, su dimensión cósmica o espiritual. Ahora debe encontrarla, no en la forma que le han siempre las religiones predominantes, sino en una que no sitúe a Dios o al cosmo fuera del propio ser. Debo buscarlo en su interior y hacer de ésta dimensión el eje principal de su existencia, en perfecta integración con su dimensión social y somática. Un cordial saludo y gracias por seguir el blog.

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