martes, 4 de diciembre de 2012

Ante tanto análisis superficial de la crisis económica conviene abrir el prisma de observación para entender las profundas causas ideológicas que subyace bajo la rígida concepción de la economía que Alemania está imponiendo en Europa. Releyendo el libro del Lewis Mumford, “La condición del hombre”, y en un apartado que dedica a desgranar la ideología calvinista he encontrado el siguiente párrafo que quiero compartir con todos vosotros. Dice así: “…la máquina era el verdadero símbolo del implacable Dios calvinista y su orden, predestinado: sus mismas AUSTERIDADES, abnegaciones y SACRIFICIOS, la absorbente disciplina de la fábrica, sin tiempo para el ocio y por lo tanto sin oportunidad para el pecado. Todo esto dio a la máquina un fundamento en la cultura protestante, del que carecieron por mucho tiempos países como ESPAÑA e ITALIA, que continuaron bajo las formas más laxas y humanas de la iglesia y de la manufactura medievales”. Esta misma idea fue comentada por Albert Camus en su obra “El hombre rebelde”, donde hablaba de la pugna entre el mediodía (el sur de Europa) y la medianoche (Alemania y los países de tradición protestante).
 
 
 

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