domingo, 9 de diciembre de 2012

DEFECTOS Y VIRTUDES DE UN "GRAN PUEBLO": LA ESPAÑA VIRGEN DE WALDO FRANK

La profunda crisis económica en la que está inmerso nuestro país ha minado la autoestima de los españoles. Todos nos critican y nosotros estamos obligados a acometer una severa autocrítica para conocer las raíces de esta crisis, identificar nuestros males y extirparlos con la maestría de un avezado cirujano. El diagnóstico tiene que ser preciso y el mal perfectamente localizado para evitar que el bisturí se lleve por delante los tejidos y músculos sanos que dan consistencia al cuerpo social y a la identidad de España. El enfermo, nuestro país, debe afrontar la operación con optimismo y para ello nada mejor que leer libros como "La España Virgen" de Waldo Frank. Esta obra, recomendada con entusiasmo por su amigo Lewis Mumford, tiene un subtítulo sugerente "Escenas del drama espiritual de un GRAN PUEBLO". Desde mi punto vista, el diagnóstico que hizo de España es certero y está escrito con una prosa cautivadora, cargada de aprecio y amor por una tierra a la que admira, pero cuyo aprecio no le impide desvelar sus puntos débiles. Como invitación a su lectura y con el ánimo de elevar  nuestra autoestima en estos tiempos de dificultad reproduzco su descripción de los principios defectos y virtudes de los españoles:

"El español es cruel,  y su separatismo y su falta de impulso aglutinante le hacen víctima propicia para la tiranía de los gobiernos. Incapaz de organizar un cuerpo social, acepta el cuerpo del rey o el cuerpo extraño de la Iglesia de Roma.
El español tiene las virtudes propias de esta idiosincrasia. Su desarrollo personal le lleva a una integridad y a un verdadero orgullo personal que son desconocidos en Europa. El español tiene dignidad natural y es un caballero siempre, cualquiera que sea su rango...: un verdadero microcosmos de la nación española. No hay artificio en él. Es ingenuo, sobrio, independiente. En sus venas vive el impulso de los heroísmo y conoce y acepta el precio de este heroísmo. No sabe de transacciones, de cobardías ni de actitudes hipócritas. Estos son rasgos propios de las razas más sociales. Hasta el ladrón español es sincero: la tradición del pícaro no ha muerto, y el sufrimiento, el sacrificio, la devoción, son virtudes ordinarias del español, virtudes que están más alláde la imaginación romántica del Norte".
 

Waldo Frank

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